Realimentación en AVA

Por Yulieth Jiménez Manjarrés

Muchas personas piensan que el proceso de enseñanza termina cuando el estudiante entrega los trabajos, presenta los quices o actividades. Pero lo cierto es que esto no debe ser así, sobretodo en los AVA, donde las mediaciones pedagógicas son fundamentales. Es así como después de la calificación, se requiere la realimentación. 

Según Restrepo G., y Otros (2009), la realimentación consiste en "la información que el tutor da al estudiante sobre su desempeño con el propósito que de él la use para corregir o mejorar su actuación". Para realimentar, el tutor se comunica con los estudiantes para hacer la revisión y valoración de las evidencias y productos que entregó. 

De esta manera, el aprendizaje continúa ya que el estudiante aprenderá de los aciertos y errores que el tutor le demuestra al analizar su desempeño. Para ello se debe suministrar más que una simple nota. Se debe proporcionar el resultado cualitativo de la valoración del estudiante al comparar lo que entregó con lo que se le indicó entregar.

Hacer una realimentación exige que el tutor tenga ciertas habilidades que no se encuentran en el conocimiento de los libros. Por ejemplo, destrezas para diseñar actividades de aprendizaje innovadores para los estudiantes y construir estrategias e instrumentos que permitan que la valoración de los productos realizados sea objetiva. 

Algunos de los instrumentos que como tutores podemos emplear al hacer la realimentación son la matriz de valoración, llamada también rúbrica a raíz de la palabra inglesa asociada, y las check list. Una ventaja de estos instrumentos es que ayudan a enfocarse en los estándares de desempeño establecidos y en el trabajo del estudiante.  


Estos instrumentos cumplen un doble propósito: valorar y realimentar, y en ellos se establecen los criterios e indicadores esperados de los trabajos. Como recomendación, al realimentar debemos considerar en forma positiva al estudiante, es decir, tratarle como si éste hubiese hecho su mayor esfuerzo y que por tal morivo, su trabajo merece respeto. 

Una forma de retroalimentar es mediante comentarios. Al hacerlos, deben evitarse expresiones como "Estuvo bien la respuesta, pero pudiste mejorar" o "Faltó más...". Igualmente, se debe evitar decir únicamente “Malo”  o “Muy bien”. La idea es confrontar pero con argumentos, de manera que no parezca que la evaluación se realizó en forma caprichosa.

Para que la realimentación sea exitosa, también se puede poner ejemplos o soportar la argumentación con gráficos o figuras para que el estudiante tenga claro su desempeño y aprenda cuál era la forma adecuada de hacer sus trabajos o incluso otras alternativas a la opción que él siguió. Recordemos que la realimentación debe evidenciar los aspectos que no han quedado claros.